Guaidó: "El no tener ahora el cambio que necesitamos genera frustración"
En esta entrevista, desde Caracas, el Presidente encargado aseguró que seguirán afinando estrategias para recuperar la democracia.
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No es un hombre nuevo en la política, pero recién se dio a conocer internacionalmente el 23 de enero de 2019 como quien se atrevió a desafiar a Nicolás Maduro en Venezuela.
Con tan sólo tres semanas como presidente de la Asamblea Nacional (Congreso), aunque ejerciendo su segundo período consecutivo como legislador, Juan Guaidó (35) asumió ese día las competencias del Ejecutivo y se convirtió en el principal dirigente de una adormecida oposición.
Recibió el reconocimiento inmediato de Estados Unidos, Canadá, Chile, Colombia y Ecuador, entre otros gobiernos de América Latina y el mundo, para sumar casi 60 países a su respaldo.
Su figura irrumpió en las portadas de la prensa internacional y meses después de su proclamación, fue nombrado entre las 100 personas más influyentes de este año por la revista estadounidense Time.
Ha sido descrito por el expresidente colombiano, premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, como "un líder emergente, joven, enérgico, articulado, determinado, quien ha demostrado tener la madre de todas las virtudes: el coraje. Estando en el lugar y en el momento correcto pudo finalmente unir a la oposición y convertirse en un faro para un país que anhela un cambio rápido y pacífico".
Un cambio que, diez meses después, no se ha concretado y que muchos sienten cada vez más lejano.
En esta entrevista con DF, Guaidó se excusó de hablar de Chile por razones de agenda, considerando que en los últimos días la sede de su partido fue atacada por funcionarios armados y, luego, estuvo encabezando manifestaciones en contra del régimen de Maduro.
A la calle otra vez
- ¿Qué pasó con aquella frase de "vamos bien" que caracterizó los primeros meses de su gestión? ¿Se subestimó al régimen de Maduro?
- En todo momento hemos tenido claro a qué nos enfrentábamos; a un modelo político que configura persecución, secuestro, tortura y asesinato político. Cuando decimos "vamos bien", es porque tenemos la unión de los factores. Evidentemente, eso contrasta con la catastrófica situación que atravesamos, que ha hecho que el deseo de volver a la normalidad se haya convertido en una urgencia. Y cuando hablo de normalidad me refiero a lo más esencial: poder comprar alimentos o medicamentos, tener atención de salud cuando eres paciente crónico o simplemente ir al trabajo. A pesar de todo, nos mantenemos firmes, movilizados y unidos para enfrentar a la dictadura.
- ¿La gente se ha desencantado al no ver cambios tangibles?
- Creo que lo que hay es un enorme deseo de cambio, rápido y urgente, y evidentemente mientras pasa tiempo, más inquietud genera en la gente. Naturalmente, el no tener ahora el cambio que necesitamos genera frustración. Pero hemos vuelto a la calle una y otra vez y, en esta ocasión, no va a ser distinto.
- Uno de los logros de Juan Guaidó fue obtener un gran respaldo internacional. ¿Teme que con la llegada de gobiernos de izquierda en Argentina y en México empiece a desinflarse ese apoyo?
- Lo que pasó en Argentina es una muestra de lo que pasa en democracia y ejemplo de alternabilidad del poder. En el caso del presidente Mauricio Macri, no me queda más que agradecerle todo el apoyo que nos dio y que seguro continuará dando a la lucha venezolana y por el respeto a los derechos humanos. Ahora, hemos seguido sumando apoyo. En Europa, hace un par de meses, Grecia no nos reconocía y ahora sí. Y, en México, es importante que se esté hablando del respeto a los derechos humanos y de la necesidad a una solución a la crisis.
Para nosotros, sin duda, es importante el respaldo y el acompañamiento internacional que ha permitido visibilizar la crisis. Además, esto ya no es algo que afecta sólo a Venezuela. Lamentablemente hay casi 3 millones de venezolanos en Perú, Ecuador y Colombia. En Argentina y Chile también tenemos una cantidad importante, producto de una emergencia humanitaria compleja. Esto ya hoy se convirtió en una crisis regional que debemos abordar juntos.
- Hablando de apoyos, EEUU ha sido de los mejores aliados, pero no ha habido un cara a cara entre Guaidó y Donald Trump. ¿Por qué?
- Hemos cumplido con una agenda muy intensa en lo interno de Venezuela. Es importante el tema internacional y ya estaremos planificando en su momento una gira donde seguramente estaremos visitando aliados. Pero, en este momento, nos estamos enfocando en mantener la presión interna.
Seguidilla de eventos
Su llegada al gobierno interino fue casi por accidente. "Nuestra Constitución habla de que el presidente del Parlamento, ante la ausencia absoluta del jefe de Estado, se convierte en el mandatario encargado para procurar una nueva elección presidencial realmente libre", explicó a DF.
Y el joven político había asumido recién el 5 de enero la titularidad del Congreso, producto de una seguidilla de eventos. Jugaron a su favor los problemas que enfrentaban los principales dirigentes de su partido, Voluntad Popular, entre ellos su mentor político Leopoldo López –en ese momento uno de los presos políticos del país-; Carlos Vecchio –exiliado en EEUU-; y Freddy Guevara, asilado en la embajada de Chile en Caracas desde 2017.
"Fui electo como jefe de la bancada del partido Voluntad Popular, que fundamos hace ya nueve años. Y, por un acuerdo de gobernabilidad parlamentaria, le tocaba a mi organización presidir el Legislativo", explicó.
De inmediato captó la atención de todos, con un discurso de toma de posesión en el que avisó a Maduro que si seguía adelante con su segundo mandato -que inició el 10 de enero pese al desconocimiento de su triunfo electoral-, sería considerado un "usurpador".
Ser ya una cara conocida le pasó factura el 13 de enero, cuando agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) lo interceptaron y retuvieron por al menos una hora.
Elecciones parlamentarias
Guaidó, oriundo de La Guaira y sobreviviente de los deslizamientos de tierra que en 1999 destruyeron su estado natal provocando la muerte de miles de personas, estudió ingeniería en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y un posgrado en Administración Pública.
Fue en esa institución donde comenzó su carrera política, convirtiéndose en representante estudiantil y organizando protestas en contra del gobierno del fallecido presidente, Hugo Chávez. "Crecí en una dictadura, soñando con un país mejor, con respeto a los derechos de todos. Desde entonces, he estado dedicado por vocación al servicio público. De hecho, fue la universidad la que me dejó impresa en la mente una frase por la que hoy lucho: No podemos ser profesionales exitosos en sociedades fracasadas", aseguró.
Sus más cercanos lo describen como un hombre de planificación y él responde con orgullo que parte de este cambio que impulsa tiene mucho que ver con eso. "Soy un servidor público en la búsqueda de todas las herramientas o mecanismos posibles para mejorar a mi país", agregó.
- ¿Cuál es el mayor desafío que ha enfrentado? ¿Hacia dónde apuntan sus aspiraciones?
- El desafío tiene dos caras. Una está relacionada a lo público, a mantener cohesionado a todos los factores unitarios y a tener respuestas a todos los que estamos viviendo una emergencia humanitaria compleja. Y luego, por supuesto, todo lo que significa vivir en una dictadura: la persecución, la censura, la autocensura. Ver como el círculo se va cerrando sobre mis cercanos. Es tener a mi jefe de despacho secuestrado y a mi hermano en el exilio producto de la persecución.
- En un año más deberían realizarse las elecciones parlamentarias en su país, si no es que antes, y con ello cambiaría la presidencia del Parlamento. ¿Seguirá Guaidó al frente del gobierno interino?
- Sí. Hubo un acuerdo parlamentario que me ratificó, de manera unánime, para continuar ejerciendo funciones; eso también para minimizar la tentación lógica en el régimen de tratar de jugar con la mayoría parlamentaria. Ahora, lo importante es lograr un desenlace a esta tragedia que vive el venezolano, de recuperar –insisto- nuestra normalidad. Tengo el respaldo y mi deber como presidente encargado es procurar la elección presidencial libre.
- Si mañana se convoca a elecciones presidenciales, ¿se presentaría como candidato?
- Lo que sí puedo garantizar es que los factores de la unidad vamos a presentar un solo candidato que sabemos que ganaría en una elección realmente libre. Por eso, el régimen se opone a garantizar comicios transparentes y libres, por eso se levantó del proceso de mediación en Noruega.
- ¿Y seguirán las negociaciones, a pesar de que han sido tan criticadas por los ciudadanos?
- Fue el régimen quien se levantó de la mesa. Nosotros no tenemos miedo a un acuerdo político real que le ponga fin a la tragedia, pero esto pasa por una elección presidencial libre. Ahora, no vamos a prestarnos tampoco para ningún juego. Nuestra labor va a ser ejercer la presión necesaria en todos los planos nacionales e internacionales para buscar una solución a este conflicto.